Todo ocurrió muy rápido.
Era una derby antorcha
o una puch carabela, no me acuerdo muy bien, lo que sé es que estaba rectificada, con un 74, ya me había enterado y aquel pájaro estaba que se salía del pellejo
con aquella moto.
Era un niñato peligroso
y un aparato a tener en cuenta y entonces me dijo:
-¿Te vienes?
-¿A dónde?
-A dar una vuelta ¡peazo
de maharon!
Y yo sin pensarlo dos
veces me subí detrás de un salto limpio.