Uno de mis tíos me conto una vez una historia no hace mucho, por eso no me resisto a que esa historia se olvidase o difuminase en el tiempo. Es una anécdota que ocurrió hace mucho muchos años quizás no tenga mucha importancia, pero yo la considero muy significativa.
En mi pueblo se pasaba muchas calamidades y un
jornalero bueno honrado y trabajador no encontraba trabajo en el campo de
Chiclana. Este hombre vivía en la posguerra con la fatídica sospecha de que era
de procedencia anarquista y no porque el fuera anarquista o rojo o simplemente
lo que le hubiese dado la gana de ser, sino que tenía amistades de este tipo y
esas amistades hacían incomoda las contrataciones para que alguien le diese
trabajo. Así que tubo que recurrir a trabajar de jornalero en El Puerto de
Santa María. Este hombre era un analfabeto total lo único que conocía era el
trabajo en el campo y nadie podía discutir ni cuestionar su profesionalidad
como buen trabajador donde los hubiese.
Diariamente lo recogía un camión que salía de
Cádiz y tomaba el camino hacia El Puerto de Santa María para recogerlo a él
justamente en Tres Caminos que era el punto de encuentro mas cercano a Chiclana
y estaba a bastante distancia de mi pueblo al menos para ir andando hacia allí
diariamente. Cuando terminaba la jornada el camión lo dejaba allí y el venir
andando hasta Chiclana día tras día con frio calor lluvia o viento.
Era un coche oficial de aquellos y este hombre
lo recogió muy respetuosamente y lo llevaba hacia tres Caminos que le cogía
bien en su rutinario Camino hacia Cádiz.
Ya en camino este hombre se presento y el señor
del coche también lo hizo, pero ha posterior se encontró con una sorpresa. El
jornalero después de darle la mano y decirle su nombre este inclino
afirmativamente la cabeza y le dijo: -Si, señor yo lo conozco a usted. ¿El
Señor del coche le pregunto que como lo conocía?
Entonces él le relato: -Yo lo conozco a usted
porque estuve a sus ordenes en la guerra estuve con usted sirviendo durante
cerca de 4 años en Córdoba y cuando le dijo eso y reflexiono sobre su apellido
que le dijo antes, este hombre se quedo perplejo. Lo había reconocido como uno
de sus mejores hombres, un soldado suyo al cual este lo admiraba mucho por su
arrojo y valentía y lo miro y este hombre se emocionó.
¿Le pregunto qué hacía? ¿Qué hacia dónde iba? y este le dijo hacia Tres Caminos y le volvió
a preguntar que donde vivía? y le dijo
que en Chiclana. Y entonces este hombre hizo una pregunta que el jornalero no
pudo responder, dijo: ¿para esto hemos ganado la guerra? El jornalero le
pregunto - ¿No sé lo que quiere usted decir?
Lo que quiero decir que ¿cómo un soldado mío que
sirvió conmigo puede estar tirado en los caminos mendigando un jornal? no lo
puedo tolerar vamos para Chiclana ya mismo y desvió su camino hacia Chiclana
mientras el jornalero le decía que no hacia falta que se tomase esa molestia.
Tu déjame a mi que me tengo que enterar de lo
que pasa aquí. Y se fue directamente para Chiclana al Cuartel de la Guardia
Civil y entro allí cuando vieron el coche en la puerta aparcado y el saliendo
del coche junto al jornalero se puso allí firme todo el mundo y el pregunto por
el mando que llevaba el cuartel.
Cuando fue recibido le dijo al mando superior
del cuartel: ¿Puede usted explicarme porque este señor refiriéndose al
jornalero no tiene trabajo aquí en su pueblo y tiene que ir al Puerto
diariamente? ¿Acaso tiene mala reputación en algo? ¿Acaso se le está castigando
por algo que yo no sepa? Vamos contéstame.
El mando dijo: -No señor este hombre es un
hombre horrado y trabajador y aquí en este pueblo no hay nada en contra de él.
-Pues si ese es el caso procuren darle trabajo
aquí y procurar que yo no me entere que alguien le haga la vida imposible aquí
porque me enterare no dude usted que me enterare porque por este hombre
respondo yo.
-Descuide usted señor dijo el mando local.
Me imagino que el mando no se atrevió a acusarlo o etiquetarlo por motivos infundidos o por rumores, indagaciones o sospechas.
No recuerdo el apellido de aquel señor seguramente un fascista reconocido y respetado de la época de la posguerra que se tomo la molestia de dejar en mi pueblo las diferencias políticas por debajo de las circunstancias de las personas y tuvo humanidad con él.
Este hombre trabajo ya en Chiclana sin problemas
nunca y ningún señorito se sintió incomodo nunca a la hora de contratarlo por
su procedencia política.