Hoy presentamos un plato algo inusual bastante característico
que penosamente se etiqueta como comida religiosa porque se come siempre en víspera
o en semana santa, yo en particular me lo como siempre que halla arcuciles o
habas. Porque de eso se trata de un buen plato de arcuciles con chicharos y
habas y vamos a dejarnos de pamplinas, además no creo que Dios sea tan ziezo
que después de haber fabricado estos elementos como el arcaucil, los chicharos
y las habas me vaya a mí a castigar por comerlo fuera de tiempo de cuaresma.
No quiero que se olvide nunca, que lo tengan todos
presentes siempre, que cada vez que leáis alguna sugerencia no me cataloguen ni
me clasifiquen como experto en la cocina, más quisiera yo, porque no me canso
de decir que mi condición y me estructura de carácter no me lo permite pues soy
torpe de naturaleza y fácilmente se me puede rebozar la leche, derramar la sal,
espolvorearme en harina e incluso lo peor achicharrarme con una sartén con
aceite. Por eso dejo estas cosas a personas profesionales y a gente que se dan
trazas para esto, me gusta mandar, disponer, elegir, degustar pero comprendo
que eso a veces a personas profesionales de la cocina la pueden llegar a sacar
de quicio.
Aquí por este rincón divino del sur no se puede
decir guisantes, porque el chícharo es el chícharo esa pelotilla verde es chícharo
caraho que coño guisante,si, guisante es una palabra gilipollas porque guisante
es todo lo que cabe en una olla.
El arcucil es muy inverosímil pues está formado como
una estructura aurea que cuando se pone junto a una buena cantidad de chicharo
y unas poquitas de habas se convine de tal forma que es ni irrepetible trozo de universo incomparable con ningún plato pues este no tiene nada de carne, de pringue ni de
grasa que no sea la misma esencia de estos tres elementos.
Un buen plato por delante bien caliente de estos que
no te atreves con la primera cuchará y que le sopla mientras delante de ti se
te nubla con el humo los cristales de tus gafas no se puede cambiar por nada en
este mundo porque es una combinación que se te queda en los adentros como lo
mejor que se le puede dar a un cuerpo no celeste.
Arcuciles con chicharos y haba verde que te quiero
verde como mi bandera que me emociono cada vez que me acuerdo de ti y veo que
poco a poco estas condenado a la extinción de las grandes preferencias y
necesidades que nos hizo a tantas generaciones formar el mundo y la vida que
llevamos.
No tienes nada que hacer con una pizza acompañada
con un red bull porque tu no eres ya de este mundo eres del mío de la comida clásica
que formaron durante muchos años a gente como mis padres mis abuelos mis tíos y
mi primos y que no puedo imponérselo a mis hijos y a mis nietos porque le
pueden afectar o pueden traumatizarlos.
Que te quiero yo plato de arcuciles con chicharos y
habas, bendito sea aquel día que me obligaron a comerte y a alimentarme tantas
veces de ti porque yo me veo que afortunadamente estoy hecho y construido de ustedes,
y mis neuronas estas activada con vuestras sustancias, la de ustedes y la de
tantos y tantos manjares que poco a poco se difuminaran ante nuestras narices
para quedarse archivado solo en nuestro recuerdo. Gracias a que todavía me es muy
posible mandar a que me lo hagan y disfrutar de tan lindo manjar es lo que hace
que te dedique este pequeño articulo.
Y ahora unos consejos prácticos de cómo degustarlo. Hágalo
usted con una buena telera de pan y un vino de mesa de por aquí, un elegido,
don simón blanco, tierra blanca o barbadillo da igual pero no sea tan carahote
de acompañarlo con un red bull o un Moster o un cocacola.
Da lo mismo que haga frió o calor que llueva o que
haga levante procura no desayunar mucho y no haber comido el día anterior para
que lo coja con ganas que te aseguro que no vas a desear ni el postre para evitar que se te valla el sabor.
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