Toda fuente de información curte y forja mi carácter.
Muchas fuentes de información pasaron por mis orejas y otras muchas por mis oídos,
pasan y seguirán pasando, minuto a minuto, hora tras horas y días tras días. Cada
una de ellas con una finalidad, alguna con maldad, otras con buenas
intensiones, algunas consumistas, morales, religiosas, humanas, envidiosas y así
infinidad de tipos de fuentes como estrellas ahí en el cielo.
Fuente de información
escritas, habladas, plasmadas o proyectadas que ya se encarga mi celebro de
clasificarlas y adaptarlas para servir al sentido de mi reflexión que por decir algo analizándolo y desmenuzándolo
el mismo ser no sabe si ese proceso es conducido por tu alma por tu corazón o
por las normas que te impusieron.
La reflexión. Ese sentido tan personal y tan nuestro
como nuestro propio ser que a veces no sabes te hace dudar si tu idea la elaboraste
a consecuencia de tus errores o se te cayo de aquel árbol en modo de manzana o
de breva. Mientras dormía o estabas encarajotao con la torrija encima.
Siempre las dudas y las dudas y todo va a parar a lo
mismo, a lo desconocido, a lo ignorado que no es otra cosa que lo que te supera
el que te hace sentir miedo, el que los sabe todo, el dios que en la fecha que
estamos no ha sido capaz de decirte al 100% ¿Quién eres, de dónde vienes y a
donde vas? El que te dio ese ejercicio de por vida para que lo descubrieras por
ti mismo.
Y para colmo te ha puesto en este mundo y no en
otro, Eligio el lugar donde nacerías, Eligio tu sexo sin consultarte si te gustaría
o no, en mi caso acertó y yo no tengo queja en ese sentido pero tampoco tengo
ninguna constancia de que me consultase nada de eso, le importo siempre muy
poco mi opinión y lo que más coraje te da es que tienes que ir cuando te llame y
dejarlo todo y sin posibilidad alguna de volver, todas tus posesiones y tu logros,
metas y triunfos caben en una furgoneta vieja y ¡ea! ar carajo, este tío. Y al
final los únicos dos requisito que se le puede pedir a una persona para que te
recuerde uno es que tenga memoria y el otro que esté vivo.
No soy muy orador y a la mayoría que conozco que
rezan y rezan no hacen otra cosa más que pedir y pedir pero a ti cualquiera te
entiende, le prohíbe a unos una manzana y a otros se las hace caer del árbol encima
de su cabeza para iluminarlos. Le abre las aguas a uno y a otros se las cierra.
Bueno yo no te voy a recriminar nada, ni te voy a echar nada en cara y te diré
una cosa. “dos no pelean si uno no quiere. Así que no tengo más remedio que
decirte solo una cosa más:
Tú sabrás lo que haces.
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