Despertar de Madrugada, Joan Miro 1.941 |
Con esta obra descubrí algo asombroso, algo
no comparable a nada, descubrí las tres partes en la que se puede descomponer
la existencia humana. La luz, el arte y la estupidez y en este orden. Los tres
grandes fenómenos de la naturaleza interior y exterior de todo lo relacionado a
materia existente.
Cuando siempre relacione la luz con el
conocimiento humano me di cuenta que a través de ella se podía llegar a la perfección
cuanto más lejos llegue porque no hay nada de existencia en este mundo que se
atreva a exponer o transmitir algo en la naturaleza con la osadía de no pedirle
permiso o autorización a este fenómeno, la idea electrizante de crear algo
depende de la luz que sobrepase los confines de tu celebro para activar el
estimulo del deseo, las ganas o el placer de descubrir algo que no termina
nunca y carece de fin como utopía y horizonte que te traza el camino. El día
que un ser humano descubra hasta el último detalle de este fenómeno se puede
dar ya por satisfecho porque ha descubierto a Dios con total garantía.
El arte sin embargo esta acondicionado con
este fenómeno porque con su permiso es un transmisor y emisor de estímulos y
sensaciones humanas que infinitamente nos hace conmover y estremecer en cada ejemplo que nos pongan por
delante hasta lo más clasificable o inclasificable. El arte no tiene en si ninguna
forma, patrón, doctrina, condición o
cantidad precisa de vida pero es la maravilla más asombrosa que un ser humano
pueda dejar a otro ser humano en este mundo.
Sin embargo el polo opuesto a la existencia
humana también es infinito y por supuesto y que curioso es lo único en este
mundo que no tiene por qué estar acondicionado por nada, ni siquiera por la
luz. La forma de la estupidez humana puede llegar hasta las distancias más
descabelladas que pueda imaginar una mente, de hecho no tiene ninguna justificación
de existencia como tampoco tiene ninguna explicación en todos sus ejemplos, es
mas el ejemplo de una estupidez se define por el simple hecho de que su autor
no puede explicarlo a posterior y lo que es peor ya que no lo puede explicar el
autor quien coño lo va a hacer por muy experto que sea. La estupidez puede ser
muy comercial se puede ganar dinero con ella incluso hacerte rico pero cuando
le pidas permiso a la luz aunque sea para que en un determinado momento la solicites
para verte reflejado en un espejo puede ser bastante triste, no lo digo por experiencia
pero si lo digo por el deseo de no tenerme que ver nunca en la inexplicable inexistencia
de una existencia. La estupidez es el mal, es dañina y es carencia porque es el
espacio, la nada, no se puede sacar nada pero es el fenómeno donde más provecho
se le puede sacar en una lectura y de lo que más se puede escribir o poderle
sacar provecho para hablar en un discurso. Y para colmo es el único de los tres
fenómenos que nos puede hacer reír con total naturalidad.
Esta obra “Despertar de madrugada 1.941” la conocí
con 14 años y la lleve conmigo guardada en mi mente para los restos y cuando
llegó este fabuloso mundo de la comunicación a la carta, solo necesite recurrir
a la luz de mi memoria para volver a rescatarla como algo maravilloso e
indefinido que me conmueve en la sensación de lo que se llama ahora pixeles de
luminosidad que lo forma al igual que antes lo hacía a través del reflejo de
una proyección de luz que estallaba en mi retina para que se me transmitiera en
un mensaje el sueño o sensación que tuvo en un momento otra persona como fue
este esplendido genio creativo.
Josefa Ensefalo Fuensanta-Chiclana de la Frontera
Josefa Ensefalo Fuensanta-Chiclana de la Frontera
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