domingo, 27 de mayo de 2012

Sin perdón....


Se tenía que levantar muy temprano, muy pero que muy temprano, tenía que madrugar y no tenía tiempo siquiera ni de acordarse de que Dios le ayudaba por eso. Al menos eso decían los refranes. El lo que sabía es que en cuanto cogiese la cama dormiría sin interrupción como un lirón porque el día había sido súper agotador pero ni comparación con la que le quedaba que pasar en cuanto amaneciera. 
La noche era calurosa, pegajosa, molesta pero cuando hay sueño no existen obstáculos que te impidan dormir, ni siquiera la hipoteca. ¡Pobrecito! ¡Qué poquito sabia de la vida! ¡No era más tonto porque no tenía la edad!
Se duchó, comió tempranito se peino para atrás y se puso el pijama versión verano, su botellita de agua fresquita y regó así por encima la cama con gotitas matemáticamente repartidas. La ventana con dos deditos abierta, vientecito fresquito y a dormir. El hijoputa día de mañana que le espera no me va a coger de sorpresa. Pensó.
Cuando menos se dio cuenta, no existía, no tenía la más remota idea siquiera de la huella que había dejado en este mundo, ni mujer ni hijos ni familia, ni siquiera tuvo la mas mínima información de si estaba en la gloria, en el infierno, en el limbo o en el vientre de la madre que lo pario.
Ya era tarde y su mujer se acostó con el sin ni siquiera tener la mas mínima sensibilidad, ni el más mínimo cuidado ni decoro de despertarlo porque ella sabía de sobra el empeño y la motivación que su marido le ponía al sueño, es por lo que apago la luz y dejo que la noche avanzara.
Cuando era las 4:30 se despertó sin saber porque, totalmente desvelado de un salto de la cama con mirada perversa e inconscientemente poniendo en orden el fundamento de su existencia. Algo le molestaba y tenía que saber lo que era. Cuando de repente lo vio allí sobre la cortina, era enorme y cuando le clavo la mirada este le hizo recordar a carw lewis en la olimpiada de los Ángeles tomando posición de salida, era negro el hijoputa, canijo y bien preparadito para darle la noche. Su pose era endiabladamente provocadora, con su postura y su cuerpo en las cortinas mirando hacia el suelo, como si tratara de oír el pistoletazo de salida de los 100 metros. Se acerco a él lentamente y pensó dar el primer manotazo, antes de hacer el intento desapareció y comenzó otra vez con la mirada hacia la habitación y en voz baja empezó a insultarlo mientras miraba los dos deditos de la ventana abierta.
-Me cagun en to tus muerto hijo de la grandísima puta ¿Qué te he hecho yo? ¡Peazo de cabrón ¿Qué te he hecho?
La mirada se perdía entre la luz, la sombra, el contraluz, la penumbra y la mala hora que entro ese mosquito allí. Así que abandono la búsqueda, apago la luz e intento coger el sueño. El zumbido era lejano y se acercaba a él como si se tratara solo de elevarle o de bajar el volumen de su sonido, a veces se paraba para posar y comenzaba otra vez. Empezó a rascarse la pierna arriba del gemelo izquierdo y en la parte exterior del dedo meñique también el izquierdo. Ya le estorbaba todo, en cualquier parte de su cuerpo salía un estimulo convertido en imaginativa sensación de picor. El zumbido se elevaba y se alejaba en la oscuridad y viceversa pero el sueño también estaba haciendo de las suyas y entre el zumbido del mosquito y la languidez de sus parpados brotaba una lucha brutal que al final gano el sueño pero el mosquito pensaba que había perdido la batalla pero no la guerra y se fue para la oreja.
El zumbido lo despertó otra vez y la sensibilidad del aleteo fue captada por su oído y puso su mente alerta tan alerta que sintió hasta el peso del mosquito encima suya. Sin tiempo que pensar ¡Zas el manotazo! Por toda la oreja y de lleno.
Arrepentido de su error trato de pensar en su inoportuna y anticipada idea de golpearlo y pensó que la próxima vez lo dejaría posar y dejaría que le picase y cuando a los 20 segundos en plena ebullición le daría el segundo manotazo. Ese sí que sería el definitivo.
Eran las 5 menos diez y no había cogido el sueño aun. Y llego las 5 y cuarto y el hijo puta mosquito no paraba de volar descansar pasear y dar por culo a la vez. Las 6 de la mañana y la luz encendida y sentado en la cama repasaba la habitación en modo de escáner.
Cabecera de la cama parte superior de arriba. Lentamente esta vez babucha en mano da el zarpajazo y se le va torpemente, su mujer da un brinco y de pronto lo pone de tonto y de imbécil y le dice que no tiene consideración con ella. El con ojos de loco la manda a callar y seguidamente ella a él a tomar por culo.
Las 7 menos 20 y esta vez esta en el quicio de la puerta estratégicamente colocado de posición y de la sangre que había tomado. El sabía que ya no era car Lewis puesto que su pequeña cisterna estaba ya completamente llena de su Rh positivo le impedía ya la destreza y la habilidad en el vuelo por lo cual se coloco en aquel lugar.
El golpe tenía que ser certero porque no tendría la oportunidad de dar otro por eso sonrió y se fue al baño, cogió una toallita chica y se fue hacia el lugar. Lanzo tan torpemente el golpe que dio un segundo después en el mismo lugar donde se encontraba el animal que este aprovecho para salir de la trampa mortal del rincón y en el segundo toallazo dio de lleno en la tabla de la plancha que estaba detrás de la puerta y esta se abrió cerrando la puerta de un portazo y dándole con una de sus patas en el dedo gordo del pie.
Eran la eran las 6 menos cinco y el berrido fue espantoso, su mujer lo miro toda desvelada a lo cual le añadió:
-Esto es un maltrato, un maltrato humano, un maltratooooooooooooooo.
El dijo: -ya vale.
Se acostó a dormir y en cuanto menos lo espero sonó el despertador, encendió la luz y allí encima de la mesita de noche junto a las llaves, la cartera, la lámpara, el visk vaporus y un par de calcetines estaba el hijo puta.
Así que decidió dar el último ataque y se le fue, pero esta vez el vuelo era lento y torpe por el peso de la sangre y el aprovecho el fondo blanco de la pared para tenerlo localizado en el aire y entre manotazo y manotazo le llego a dar de refilón y allí callo a sus pies.
Cuando lo tuvo a sus pies totalmente vencido, se agacho lentamente hasta ponerse de rodillas e intentar mirarlo a los ojos y como si se tratase de un papel de fumar lo agarro por las alas se levanto y lo elevo a la distancia de las cejas y le dijo:
-¿No pensaras que vas a morir y ya está, no pensaras que voy a dejar que esto acabe aquí y ya está, no pensaras que te aplastare en un segundo y no sentirás nada?
-NO HOMBREEEEE, NOOOOOOOOO
¡No! No, vendrás conmigo, vamos.
La mujer se levanto y le dijo:
-¿Qué haces hablando solo?
A lo cual él respondió. –Y tú no te metas.
Se fue para la cocina y lo dejo en el mármol mientras cogió el cuchillo mientras el mosquito lo miraba el corto una rebanada de pan y la puso en el tostador, con la punta del cuchillo engancho al animal y lo acerco a al tostador mientras lo acerca y retiraba siempre asegurándose de que estaba vivo.
Y por ultimo cuando el pobre animal estaba bien calentito lo puso junto al plato del pan para no perderlo de vista, cogió un vaso, se fue al frigorífico, cogió la leche y lleno el vaso de leche.
Miro al mosquito por última vez y le dijo:
Adiós Hijo de la gran puta, maricon. ¿Qué te hice yo, que te hice?
Abrió la puerta del microondas y metió el vaso de leche y junto al vaso dejo caer a su enemigo con una sonrisa sarcástica y de un gran pellizco enérgico con su dedo pulgar y medio del indice activo y con todas sus ganas el mando del microondas con un medio giro a la vez que apretaba los diente y los ponia colocados en modo de sonrisa sarcástica estilo Concha Velasco.
Su mujer lo miraba a hurtadillas como los indios y con cara de preocupación, mientras tanto el esperaba y esperaba el sonido de la campanitas del microondas.
Por fin sonó la campana y el miro por última vez su enemigo, duso de su estado y abrió el tarro del colacao o del nesqui no me acuerdo de la marca y le echo encima media cucharada y le dijo, por si no has muerto quemado morirás asfixiado.
¡Caaaaabroooon!
La mujer que lo observaba le dijo:
-¿Quiere que te coja numero?
-¿de qué, de los ciegos?
dijo el.
-No. Para el médico, porque creo que estas para que te encierren.

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