domingo, 30 de mayo de 2021

 

MI ABUELA:

Como todo el mundo yo tuve dos abuelas, las dos fueron extraordinarias una ahora al final de mi vida fue reconocida y hasta tiene una calle con su nombre en mi pueblo, pero esa abuela yo no la conocí. Me hablan de ella, incluso leo de ella, pero mi otra abuela sí que la conocí y por eso deseo que, aunque sea poco también merezca que alguien lea de ella y existan por ahí en algunos pensamientos algún recuerdo o alguna pizca de su existencia.

Yo en el año 71 tenia 10 años y mi abuela tendría ya cerca de 80 o quizás mas no me acuerdo ni llega al caso, me di cuenta a través de los años que tuvo que ser una mujer muy extraordinaria pero allá en aquellos principios de los 70 aunque estaba bien cuidada y muy arropada por sus cuatro hijas ya la pobre deambulaba poco a poco, se le notaba su deterioro. Fue una mujer que desempeño el papel con bastante soltura de nutricionista, veterinaria, cocinera, enfermera, repartidora de leche, limpieza del hogar, ama de casa y en sus ratos libres hacia chapuces curando culebrinas.

 En la calle era una super señora con unos conocimientos y experiencia fuera de lo normal educada hasta el límite y lo que más me asombraba era el respeto que todos le tenían siendo una mujer completamente analfabeta pues su firma y lo poco que conocía las letras era por haberlo hecho en modo oculto y clandestino ya que su madrasta decía que a una mujer no le hacia falta leer ni escribir.

Como decía antes la pobre deambulaba cuando en aquellos días mi familia había recibido un regalo de Dios, un acontecimiento extraordinario, mi padre había comprado una televisión que por supuesto eso para ella era ni fu ni fa. Una noche se acercó a nuestro salón cruzando aquel hermoso patio que nos hacía vivir juntos en familia y dio la casualidad de que empezaba una película. Mi madre que la invito y la sentó cómodamente le dijo; -Mama vas a ver una película.

Yo estaba contento y feliz por la tv y mas porque mi pobre abuela iba a ver por primera vez en su vida una película. Tuvo que ser aquella famosa película de Gary Cooper “Juan Nadie” aquella magnífica película que ella se sentó y mi madre empezó a ayudarla a coger el hilo del argumento porque ella sola no entendía, con dificultades fue entendiendo hasta que entendió y vio como el protagonista se iba a desesperadamente a suicidar, mi abuela empezó a emocionarse hasta el punto que ya no era emoción que ya era angustia y enojo, angustia de ver como el protagonista que era un Don nadie la sociedad lo llevaba al borde de su perdición y ya enfadada decía que eso no se podía permitir que eso no podía ser que no podía entender como estábamos todos tan tranquilo viendo eso, que había que hacer algo, se enfadó conmigo porque yo me reía y ella angustiada muy triste y menos mal que la película termino en un final feliz y la pobre de mi abuela se fue y se acostó tranquila.

Al día siguiente no hacia mas que hablar de Juan Nadie, de que el pobrecito nadie le ayudaba, de que querían aprovecharse de él, de que eso era una injusticia y por supuesto esperando al siguiente martes a ver lo que le había pasado pues era un Ciclo de tv dedicado a Gary Cooper, pero ella no había pisado un cine en su vida y no entendía nada de Ciclos ni leche frita como decía ella y por eso esperaba como le había ido a ese Juan Nadie. Pero mi madre preocupada porque no hacía más que preguntar por Juan Nadie a todas horas, hasta que llego el siguiente martes y valla desilusión, ¿Mi abuela decía que si ya no se suicidaba? y que hacia con ese sombrero negro y con esas pistolas y donde había comprado el caballo y de donde habían salido los indios.

Mi madre no sabía cómo explicarle que aquello era una interpretación. -Una qué? Decía ella y mi madre le decía: -Mama es una actuación Juan nadie esta ahora en otro papel y ella decía -En otro papel?

Termino otra vez enfadada porque decía que Juan Nadie la Había engañado que todo era mentira y que al final nos íbamos todos a volver tontos con aquel maldito cacharro.