miércoles, 2 de febrero de 2022

EL JORNALERO ANONIMO

         Uno de mis tíos me conto una vez una historia no hace mucho, por eso no me resisto a que esa historia se olvidase o difuminase en el tiempo. Es una anécdota que ocurrió hace mucho muchos años quizás no tenga mucha importancia, pero yo la considero muy significativa.

En mi pueblo se pasaba muchas calamidades y un jornalero bueno honrado y trabajador no encontraba trabajo en el campo de Chiclana. Este hombre vivía en la posguerra con la fatídica sospecha de que era de procedencia anarquista y no porque el fuera anarquista o rojo o simplemente lo que le hubiese dado la gana de ser, sino que tenía amistades de este tipo y esas amistades hacían incomoda las contrataciones para que alguien le diese trabajo. Así que tubo que recurrir a trabajar de jornalero en El Puerto de Santa María. Este hombre era un analfabeto total lo único que conocía era el trabajo en el campo y nadie podía discutir ni cuestionar su profesionalidad como buen trabajador donde los hubiese.

Diariamente lo recogía un camión que salía de Cádiz y tomaba el camino hacia El Puerto de Santa María para recogerlo a él justamente en Tres Caminos que era el punto de encuentro mas cercano a Chiclana y estaba a bastante distancia de mi pueblo al menos para ir andando hacia allí diariamente. Cuando terminaba la jornada el camión lo dejaba allí y el venir andando hasta Chiclana día tras día con frio calor lluvia o viento.

Un día tuvo la suerte de que el camión se averió y este hombre no tenia en El Puerto a nadie que lo dejase en Tres Caminos y su señorito se le ocurrió la idea de hablar con un amigo suyo que tenía un coche que iba y venía también diariamente a Cádiz.  

Era un coche oficial de aquellos y este hombre lo recogió muy respetuosamente y lo llevaba hacia tres Caminos que le cogía bien en su rutinario Camino hacia Cádiz.

Ya en camino este hombre se presento y el señor del coche también lo hizo, pero ha posterior se encontró con una sorpresa. El jornalero después de darle la mano y decirle su nombre este inclino afirmativamente la cabeza y le dijo: -Si, señor yo lo conozco a usted. ¿El Señor del coche le pregunto que como lo conocía?

Entonces él le relato: -Yo lo conozco a usted porque estuve a sus ordenes en la guerra estuve con usted sirviendo durante cerca de 4 años en Córdoba y cuando le dijo eso y reflexiono sobre su apellido que le dijo antes, este hombre se quedo perplejo. Lo había reconocido como uno de sus mejores hombres, un soldado suyo al cual este lo admiraba mucho por su arrojo y valentía y lo miro y este hombre se emocionó.

¿Le pregunto qué hacía? ¿Qué hacia dónde iba?  y este le dijo hacia Tres Caminos y le volvió a preguntar que donde vivía?  y le dijo que en Chiclana. Y entonces este hombre hizo una pregunta que el jornalero no pudo responder, dijo: ¿para esto hemos ganado la guerra? El jornalero le pregunto - ¿No sé lo que quiere usted decir?

Lo que quiero decir que ¿cómo un soldado mío que sirvió conmigo puede estar tirado en los caminos mendigando un jornal? no lo puedo tolerar vamos para Chiclana ya mismo y desvió su camino hacia Chiclana mientras el jornalero le decía que no hacia falta que se tomase esa molestia.

Tu déjame a mi que me tengo que enterar de lo que pasa aquí. Y se fue directamente para Chiclana al Cuartel de la Guardia Civil y entro allí cuando vieron el coche en la puerta aparcado y el saliendo del coche junto al jornalero se puso allí firme todo el mundo y el pregunto por el mando que llevaba el cuartel.

Cuando fue recibido le dijo al mando superior del cuartel: ¿Puede usted explicarme porque este señor refiriéndose al jornalero no tiene trabajo aquí en su pueblo y tiene que ir al Puerto diariamente? ¿Acaso tiene mala reputación en algo? ¿Acaso se le está castigando por algo que yo no sepa? Vamos contéstame.

El mando dijo: -No señor este hombre es un hombre horrado y trabajador y aquí en este pueblo no hay nada en contra de él.  

-Pues si ese es el caso procuren darle trabajo aquí y procurar que yo no me entere que alguien le haga la vida imposible aquí porque me enterare no dude usted que me enterare porque por este hombre respondo yo.

-Descuide usted señor dijo el mando local.

Me imagino que el mando no se atrevió a acusarlo o etiquetarlo por motivos infundidos o por rumores, indagaciones o sospechas.

No recuerdo el apellido de aquel señor seguramente un fascista reconocido y respetado de la época de la posguerra que se tomo la molestia de dejar en mi pueblo las diferencias políticas por debajo de las circunstancias de las personas y tuvo humanidad con él.

Este hombre trabajo ya en Chiclana sin problemas nunca y ningún señorito se sintió incomodo nunca a la hora de contratarlo por su procedencia política.

Allí falleció en Chiclana como uno mas de tantos ancianos que fallecieron y seguirán falleciendo, habiendo aportado en su vida la influencia y el respeto de otros como bien pudo. Le dedico estas letras a ese jornalero anónimo que de cualquier forma y de cualquier manera contribuyo como muchos de ellos a ser ahora lo que somos.