jueves, 21 de abril de 2011

LAS DOS SUERTES

Corría los años 30, 40, o, 50, ni idea de cuándo fue. Qué pena estar tan mal documentado, esta historia me la contó de niño mi abuelo y después de adulto mi suegro. Siendo la misma historia los dos la contaba de distinta forma, es por lo que la contare ahora yo a la mía y ya que no soy periodista ni historiador seguro que no podrán exigirme mucho.
La mañana empezaba por aquella solitaria carretera, en ella se iba acercando un Buick negro serie 40 o ¿50? todo empolvao, sobre él, a la hora de mencionar su contenido mencionariamos antes que nada y por respeto: primero los bultos por delante, luego  el chófer, una figura del toreo y su inseparable amigo “Perarta”. El figura era en aquel entonces de renombre podía ser bien, un Lagartijo,un Chicuelito o un Cagancho, vete a saber yo entiendo poco de toreo. Mis respeto a los aficionados. El diestro que era un tío culto y templado le dijo a Perarta:
-Que Suerte. En este pueblo, el toreo se manifestó como valor y escuela por eso debe haber quedado algo de arte y es justo con suerte lo que necesitamos para la corrida de esta tarde en Argeciras. Por eso desayunaremos en la venta de la entrada.
El sol ya calentaba y las bestias por hacía rato que habían llegado a su destino. Hasta la puesta de sol los chiclaneros no volvían con ellas. Aquel era todo el tráfico y esfuerzo que mi pueblo hacia por subsistir en un mapa. El coche se acercaba a la calle Mendizábal o como se llamase entonces. Aquella calle y su plaza era lo suficientemente amplia para recibir cualquier tipo de vehículo que viniese de España entera. Actualmente es todo lo contrario por eso se podía parar o estirar piernas en aquella venta que se llamaría “Er pájaro” supongo. El dueño ponía unas sillitas y unas mesitas en la calle sin ni siquiera hacerse a la idea de que en un futuro próximo le iban a cobrar tributo hasta por aquella ocurrencia.
Tomarse un café y sentarse un ratito era todo lo que se traía nuestro artista. Así que dijo: -Perartaaaaa, pídete lo que quiera pa ti y pa el cochero y para mí un café con leche.
Aquel mundo era sencillo, no tan complicado, no como el de hoy, por eso que no existía er manchaito, ni el cortao largo, ni er descafeinao de máquina, ni el de sobre, ni el capuchino y ni mucho menos el irlandes. Todo era mas sencillo o solo o con leche así que el artista se sentó,  y empezó a disfrutar de la hermosa mañana.
De pronto ar maestro se le puso la cara blanca, no estaba inventado aun pero dio un salto de rana (El Cordobés vino mucho después) y quedo de pie, recto e inmóvil, era su postura de respeto en la plaza con sus brazos separados de la cintura y sus manos desnudas con las palmas hacia atrás sin banderillas y de puntillas como para salir embalao, como si el demonio estuviese frente a el citándolo. ¡Maldito mal fario!
 Y grito: -¡Perartaaaaaa!. -¿Pero maestro que le ha pasao?, tiene usted mala cara maestro. –Perarta, paga los café y amono de aquí ya. –Maestro los café lo están echando ahora, -Perarta ya mismo estamos en Algeciras. ¿-Porque maestro? -¿Lo está viendo Perarta?, ¡Miraaa! las ventanas de ese edificio enfrente, el del estanco. ¿-Que le pasa a las ventanas, maestro? –¡Cuéntalas!, Perarta que hay trece, trece ventanas, trece y frente a nosotros.
Perarta las contó: Una ,do,tre,cuatro,zinco,zai,ziete,8,9,die,onze,doze….......y corriendo pago los café y no dijo ni pió. El artista ya estaba dentro del coche que empezó a cojee carrera mientras Perarta corría detrás, tuvo que meterse de un salto y en plena marcha a la vez que aquel coche escandalosamente iba directo hacia el trazado más estrecho y único de Chiclana de la frontera, el arquillo del reloj con dirección a Algeciras. Donde por aquel entonces podia pasar toda España Entera en fila india. No se supo nunca si fue mala o buena la suerte que tuvieron en Algeciras la verdad es que no hay documento sobre esta anécdota pero lo cierto es que el destino de todas las formas no iba dejar de ser determinante para hacerle saber que al igual que una buena mañana, una mala tarde la podía tener cuarquiera.

2 comentarios:

  1. bonita historia josefa como esa muchas mas en nuestro pueblo pero como todo tiene que ser un enamorado de las historia para poder escribir y dejarla impresa en documentos para la historia con eso pasa lo mismo que con los edificio de interer publico aqui no se respeta nada un saludo y muchas gracia señora josefa

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