lunes, 11 de julio de 2011

El anticipo

Mi madre me acompañaba al colegio Nuestro padre Salado, me iba a enfrentar a mis primeras vicisitudes de la vida, con esa cara de ingenuo y esa peazo de torta encima que no podía con ella, un iluso creyendo que el mundo iba a ser como a mi le gustaba que fuese.  Recuerdo aquella calle llena de chinos reboluos limpios brillantes con ese troceado acerado de piedra de Tarifa, me senté en el pupitre y recuerdo esa pizarra y esa fecha de tiza blanca indicándome que los años sesenta se acababan. Miraba hacia mis compañeros y a cada uno le veía una virtud, todos me parecían buenos, todos me parecían inocentes e ingenuos como yo.

Unas de aquellas mañanas se me acercan uno de ellos y me hace una pregunta y valla preguntita.

-¿Oye, tu padrie cuanto gana en el trabajo?
 –Pues no lo sé, nunca se lo he preguntado tiene que ganar mucho.
 -Pues pregúntale que quiero saberlo.
 -¿Y a ti que te importa lo que gana mi padre?
 -Seguro que no gana más que el mío. –
-¿Y el tuyo de que trabaja?
 –Mi padrie trabaja en la picá.
 -¿Y eso que es?
 –Mi padrie limpia barcos y gana un chorro de dinero y mucho más que tu padre seguro porque mi padrie  gana “$$$” ¿les vas a preguntar mañana a tu madre y me lo dices. ¿Vale?
–Bueno po vale.
Durante el resto de la mañana yo pensaba. ¿Más dinero que mi padre va a ganar su padre?, ¿quien se creerá que es? Si supiera quién es mi padre, mi padre pone ladrillos, mi padre hace casilleros de palomos, arregla fusores de la luz, casa con escopeta y siempre trae conejos y perdices, mi padre tiene mucha fuerza y mucha musculatura, mi padre se sube a los arboles y en las paretillas y vale más que el suyo hasta durmiendo y mi padre no tiene boina ni mascota porque como mi padre no hay nadie en el mundo entero. Deja que le pregunte a mi madre lo que gana mi padre que se va a quedar er tonto ese mañana con la boca abierta.
-¡Mama, mama! ¿Cuánto gana papa?,
-¿y a ti que te importa?, los niños no son tan entremetidos,
 -Venga mama dímelo,
-Bueno, pero eso no se va por ahí diciendo, 
-Vale no lo diré,
 -Tu padre gana “$$”
-¿Queeeeeeee?, pero Mama, ¿Estás segura? 
-No hay nadie en este mundo más segura de eso que yo, picha mía.
Me quede de piedra, Pero… ¿Como mi padre podía ganar tan poco en comparación con el suyo?
 Ya no tenía ganas de ir al colegio, ya no veía justo de que un hombre como mi padre ganase menos que otro siendo mi padre el mejor de todos.  A la mañana siguiente le dije al niño lo que mi padre ganaba y el niño sonrió y me replico que lo sabía, y de que en la clase no había quien ganara más que su padre. A partir de entonces puede ser que hubiese padecido en mis carnes el primer puyazo capitalista.
Pasaron unos quince días y una tarde llego mi padre del trabajo y le dio un sobre de dinero a mi madre y le dijo ¿Aquí te dejo el anticipo? “Er anticipo” ¿anticipo? Yo lo vi y era otro sobre con dinero. Pregunte a mi madre que ese dinero que era y ella me dijo que era el anticipo. Y yo pregunte
-¿Cuánto es?  Y ella me dijo:
- $$, JA ya me extrañaba a mí. Deja que mañana vea yo ar tonto ese, y deseaba que fuese las 9:00 de la mañana ya. $$+$$=$$$$
En cuanto lo vi le dije ¡Quillo!, ven paca y escúchame. Mi padre le trajo un sobre a mi madre ayer me dijeron que era el anticipo, yo lo vi, y estamos a mediaos de mes ósea que mi madre coge dos uno es el sueldo suyo del mes y el otro es el anticipo que seguro que se lo darán como premio por buen trabajador así que “$$” de sueldo mas “$$” de anticipo son, suma, suma anda suma ya es más de lo que gana tu padre es que el otro día se me olvido de decírtelo con que perdona y si quieres ven esta tarde que le vamos a preguntar a mi madre.
Me lo cargue.
El decía: ¡Eso no puede ser! –¿Tú no has visto los billetes? Dice mi madre que nadie gana más dinero que mi padre.
-Que no “JA” la que lo ha visto bien ha sido mi madre que lo a trincao dineritoooo, billetitosss frescos, tu madre no sabe lo que gana mi padre, tu padre gana $$$ y mi padre $$$$.

Al otro día el niño con su madre de la mano hablando con el maestro y diciéndole que había un niño por ahí que no sabía lo que era un anticipo, y estaba confundiendo ar suyo, El niño tontajo me señalo con el dedo y el maestro me llamo Don Melchor en la pizarra me explicaba a mí y ar niño como se cobraba un dinero y que el anticipo había que restarlo y bla bla bla y el tostón de las matemáticas y a mí eso no me entraba y yo callaíto y el niño con cara de satisfecho decía “¿lo ves,? ¿Lo ves”?
Cuando el maestro me preguntaba si lo había entendido yo decía que si el caso es que no me enteraba de nada y cuando nos quedamos solos yo decía “to lo que tu quiera pero mi padre trae dos sobres y suma más de lo que trae er tuyo y mi madre atrinca dineritoooo, billetitoooos frescos a mediaos de mes y ar final de mes ea toma rabia la piña? dos sobres coge mi padre, dos, dos y cuando quiera lo vemos y el niño casi lloraba de rabia. Me quería hasta pega el cabrón.
Mi padre estaba sentado en una silla y se fumaba un feten y yo me acercaba a el y le decia:
 -¡Papa!  ¿Quién es mejor? “El bueno, el feo o el malo”
 Mi padre me decía: el bueno por supuesto y le dije
-¡Papa! ¿tu le pega ar bueno?  Y mi padre me decia:
-Claro y yo le decía:
-¡Papa! El bueno es el tio de la manta de las monjas ¿tu eres capaz de darle una cacheta? y el decía:
-Claro, porque te crees tú que no viene nunca por Chiclana. Y yo me reía y me reía con mi padre.

 

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