miércoles, 13 de julio de 2011

El asesino canino

Ya no podía mas, lo juro, ya estaba hasta los mismísimos cojone, no me podía calmar, intentaba respirar hondo delante de mi vecina que me abría la puerta y me hablaba muy amablemente mientras aquel chucho no paraba de ladrarme y ladrarme como si yo fuese una bestia, me rodeaba y se enganchaba con sus colmillos chiquititos a la campana del horroroso pantalón de campana que llevaba que no quiero ni acordarme.

Ese perrito si señor me tenía hasta los cojones, no poder plácidamente entablar una conversación y todo lo que hablaba u oía se difuminaba en el espacio con esos malditos ladridos porque es que resultaba que un ladrido solo era más grande que el. Y lo peor de todo era que el muchacho después de todo era el rey de su casa, ¡Que lo querían! Los niños, la madre, el padre, el tío y hasta sus puñeteros muertos. Nunca le faltaba de nada siempre peinadito lavadito y no le ladraba a nadie, a nadie, nunca, nunca. Solo a mí.
Por alguna causa que ignoro no le caía bien y a mí no es que me incomode los perros pero ya este me sacaba de las casillas porque me conocía de bastantes años y sabía que era amigo de su familia pero no, podía ser, me tenía la guerra declarada y yo no estaba muy acostumbrado a eso ya que por aquellas fechas yo pensaba que mis enemigos los elegía yo. Así que lo medite, lo reflexione, lo pensé, lo planee y al final lo decidí. Voy a cargarme al perro, lo asesinare y todos pensaran que fue un accidente será el asesinato perfecto.
El planteamiento era bien sencillo, él me iba a atacar como siempre pero si yo le mostraba desconfianza y miedo pues me atacaría aun más. Así que desde la otra acera de la calle esperare que la cancela de hierro este abierta, era muy fácil yo entraba con algo de escándalo marcando siempre que calle arriba viniese un coche a distancia y su velocidad estuviese sincronizada con mi huida despavorida cruzando la calle y la posterior persecución instintiva del animal lo colocaría en un par de segundo debajo del coche así que contando las ventanas y puertas que habían en la fachada antes de llegar a su casapuerta y el tiempo en que el vehículo tardaba en recorrerlas solo me tendría que preocupar en cruzar la calle antes de que el próximo coche llegue a la casapuerta y entonces podría ver como el animal era atropellado. ¡Ji Ji! Así de fácil es estupendo, magnífico, genial. Todos verán que fue la imprudencia del perro y su estupidez de perseguir a un vecino de toda la vida con bastante buena reputación en la calle lo que le costó la vida al muy imbécil.
El día que lo iba a asesinar ya estaba la pareja de la Guardia Civil en su casapuerta y mucha gente alrededor de la casa de canelo que así se llamaba el perro carajote. ¿Esporádicamente pensé ¡Coñoo! Todavía no he cometido el asesinato y ya están investigando, ¡Jodeeeer con la Guardia Civil.
Me metí en mi casa y todo escamado observe el jolgorio desde mi ventana y de lejos el perro miraba hacia mi ventana y luego me informe al oír a mi vecina explicar a la autoridad de que le habían robado, habían entrado en su casa y en su dormitorio y se habían llevado las joyas y la Guardia civil le preguntaba a ella que como el perro no había ladrado. Yo pensaba: “No me voy a acercar porque como me acerque y el carajote se me ponga a ladrarme delante de la Guardia Civil va a pensar que he sido yo el ladrón” Este perro va a terminar conmigo después de lo imbécil y lo inútil que es, me va a meter en un compromiso y para colmo al estúpido le han robado en sus propios hocicos y no ha sido capaz de dar un solo ladrido.
Hay que olvidarse del asesinato por unos días y ensayare, marcare la velocidad de cada vehículo, contare otra vez las puertas y ventanas con los vehículo en movimiento a modo de referencia, tomare distancias y tiempo mediré mi carrera y el tiempo que tardare en cruzar la calle, deberé de cruzar un segundo antes de que pase el coche y marcare las pausas. El perro tiene que salir rápido de la casapuerta hacia la calle, bien podría meterse del tiron debajo de la defensa delantera o entre las dos ruedas y asi sentado en el escalón de mi casa pensaba y lo miraba en su casapuerta y el salía y me miraba haciendo ¡GRRRRR! y cuando lo hacía yo con la palma de mi mano en posición vertical como a modo de cantar un fandango le decía:
 -Te vas a enterar Canelito, te vas a enterar.
La mañana estaba soleada y el día era el elegido mientras vi pasar las diez y las once ya estaba preparado, la vecina había bajado a la plaza, los niños en el colegio, el padre trabajando y la cancela cerrada. Como hago yo para que el perro me salga disparao. Está bien hare un simulacro, sin coche sin nada, puede que la cancela cerrada no fuese un problema.
Entré dentro de la casapuerta y de pronto no oí nada así que se me ocurrió decir “Caneloooo, hijoputa” y me salió disparao pero atravesó cancela y barrote estilo terminator y me alcanzo en el otro extremo de la acera y yo ahuyentándolo, mientras se enganchaba en el pantalón yo le decia: “Vireeeee, me cagún tu puñeteros muertos”
Todo perfecto no hacía falta ni la cancela abierta, era más sencillo de lo que me parecía, así que esperare que se le pase el sofocón y volveré a hacerlo antes de que venga la vecina de la plaza.
Ahora o nunca dije para mis adentros y me fui hacia la casapuerta. El 4L color azul conducido por un albañil de la carretera Medina iba ser el homicida, cruce la calle mientras el 4L se acercaba a lo lejos, dije: AAAAAGGG, media vuelta y salir disparado pero con la astucia de correr desplazando el trayecto de la carrera hacia delante del coche y en diagonal para que el chucho hiciese lo mismo pero ya Salí desequilibrado y tropecé con el chino que aguantaba la puerta, di dos sancadas mal dada y necesite tiempo para poder coger equilibrio así que  perdí un segundo precioso que no lo pude recuperar mientras el 4L se dirigía hacia mí a la vez que le veía la cara al conductor que se le desencajaba y dio un frenazo que creo que se le levanto las dos ruedas de atrás.
El canelo salió como una bala cuando el coche ya estaba parao. ¿Cómo no saldría el animal? que no pudo frenar y dio una embestía de cabeza con los cuatro tornillos de la rueda delantera izquierda del conductor, dio dos vueltas desorientado y tiro otra vez para dentro y choco con los barrotes de la cancela y después logro entrar con dificultad mientras decía: Kai, Kai, Kai.
Ahora el marrón lo tenía yo, el albañil tenía la cara blanca y yo con una sonrisa medio forzada trate de pedirle perdón con la boquita chica y él cuando se calmo con todo su temple me dijo una palabras que jamás olvidare.
Dijo:
-Mira, titi. ¿Me puedes decir que edad tienes?
Yo le dije: Voy a cumplir 18 años para Noviembre
A lo que me respondió: - Está bien que eso que has hecho lo haga un niño de 7 años o a los mejor hasta de 8 o de 9 y hasta de 10 o 11 si me apuras pero tú, tu, tu un tío tan grande con el cuerpo que tiene y buscando ya los 18 años. Manda cojone, con pelos en los huevos y haciendo estas cosas. Vete que no te vea porque si fuera tu pare te juro que te jarto de palos.
Y yo en la otra acera le respondí: Usted perdone, no lo voy a volver a hacer más.
A lo cual él respondió: Si te hubiese cojio bien cogió con una rueda por el pescuezo tenlo por seguro que tampoco lo iba a hacer más. ¡Peazo de vaina!
Allí me quede con las orejas agacha pasando vergüenza, cagándome en los muerto del perro. Cuando el conductor reanudo su marcha y apretando los dientes, yo me acerque para que me volviera a ladrar para asegurarme de que estaba bien. Además no me gusta que los animales sufran y escondido detrás de las cortinas del salón lo observaba desde la calle por la ventana de la fachada y el perro hacia: Iiiinn, innn, innj
Los días siguientes fue para mí un tormento de mala conciencia y la pobre de mi vecina le decía a mi madre que ¿qué le pasa a mi perrito que está enfermo? tendría depresión y que se había enterado de que en Cádiz había un sicólogo de perros, y mi madre le decía:
¿Qué le pasa a ese perro, es que no le alcanza el sueldo al final de mes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario