lunes, 2 de junio de 2014

Mi trote cochinero (basado en hechos reales)

La mañana era esplendorosa, joe como que era la de hoy, día 2 de junio del dos mil catorce y yo que cada día que paso y cada día que vivo me voy cada vez mas cuenta de que estoy más curado de espanto.
Salgo a correr por una hora y yo siempre en una reunión social intento no ridiculizarme a mí mismo y cada vez que quiero decir que corro diez minutos por kilómetro digo que corro diez kilómetros el minuto, algunos se ríen pero a mí eso no me preocupa.

Tampoco me preocupo la vez aquella que corriendo yo a mi trote cochinero por poco me adelanta un anciano que iba andando a pasos largos y agigantados pero como decía no me preocupo porque llegue a alcanzarlo y le saque cerca de dos minutos de ventaja en dos kilómetros y pico.
Pero esta mañana he pasado vergüenza, una vergüenza que hacía mucho tiempo que no la recordaba aquella vergüenza mezclada con corte de cuerpo achare y como de querer que la tierra me tragase.
En mi recorrido de carrera matutina de regreso a mi casa y con mi plusmarca registrada de 23:40 en 2,41 Kms oxease a 10 minutos y algo el kilometro y de regreso ya relajándome con mi sudorsito mañanero por detrás de las orejas y mi paso a trote cochinero llegando casi a la puerta de mi casa y los niños en el recreo del colegio jugando al fútbol y me veo a una muchacha así de más de 1,70 mts de altura bastante bien proporcionada muy guapa y atractiva con pelo medio a lo afro un perrito marrón y una falda finita que era la viva estampa de mi época de los ochenta, ella muy tranquila y yo recreándome y recordando mis tiempos de largos cabellos y paquete de fortuna, acordándome de mi vitalidad y mis energías.
Ella paseaba por supuesto que sin fijarse en mí y yo asimilándolo y pensando como tendría que estar yo como para llamar la atención de una cosa tan bella, tan espectacular y tan esplendorosa como la mañana.
Pensando y asimilando de que eso de llamarle la atención era prácticamente imposible, no me percato de que voy a pasar de acera a calzada y la zancada no supo amortiguar la altura del bordillo cuando mi pierna se doblega hacia abajo y empiezo a caer. Bueno lo contare a cámara lenta
Pienso para mi: mee caagoo en la mareeee queee pariooo er dimoooniio, ese hijoooputa y no me resisto a caer de rodilla y quiero corregir la caída con otra larga zancada más fuerte con la pierna opuesta de la otra pierna pero no fue lo suficientemente fuerte como para estabilizarme y empezó Cristo a padecer inclinándome hacia delante y dando zancadas pero ninguna me podía equilibrar cuando la que hizo seis ya me doblego por completo y caí ante ella de panza y gracias a que estoy un poco más en forma que de costumbre puse las palmas de las manos en el cochino hormigón de la calzada para amortiguar la cara y créanme que con la cara di en el hormigón y mi cuerpo en medio de la calzada quedo estampado como una mosca en un cristal.
No se podía definir como caída tonta porque las caídas tonta son casi todas de espalda. Mas que tonta fue espectacular.
El perro de ella asustao perdió, No dio ni un ladrido Hacia (inng, inng) y ella se agacho hacia mí y me hablo de usted, me dijo:
Ella, el perro no
-¿Se encuentra usted bien?
-Yo sí, perfectamente, no se preocupe
Yo llevaba las llaves de la casa en la mano y se me callo y no la encontraba y ella cogió un cartón de un happy meal del macdonal que había en el suelo tirado y me pregunto si se me había caído, yo le dije que aquella cosa no era mía.
Después le dije a la muchacha que me había caído por su culpa pero ella no quiso oír aquella barbaridad y se retiro de allí.
Los niños jugando pararon de jugar al fútbol y cuando me levante y los mire continuaron con el juego.
Gracias a mi preparación física tuve el reflejo de amortiguar con las manos y no haberme dañado la cara y al final la ridiculez me entro en el sentido difuminando de una pasada toda la década de los ochenta saltándose la de los noventa la de los cienes y hasta el día de hoy.
Qué verdad más grande aquella que dijo siempre que la realidad supero a la ficción pero en este caso no solo la supero sino que la rebaso como una bala.

El caso es que no me puedo quejar, la mañana fue mu tranquila y relajada, conseguí una buena marca con mi trote cochinero y lo mejor de todo la atención de una joven muchacha y de la manera más espectacular.
!!!que vergüenza!!!

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